MÁS NIÑOS... Y NO TAN NIÑOS
Primera fila, de izquierda a derecha, José Antonio, Enrique, Loli, María Isabel, José Antonio y ... Segunda fila, de izquierda a derecha, Quique, Margarita, Kety (o Pepi), José Joaquín y Pepi (o Kety). Detrás, José Mari y Mari Cruz.
Sigo recibiendo, descubriendo y recuperando fotografías familiares, muchas de ellas con imágenes infantiles y juveniles de los descendientes de los hijos e hijas de Pío Carrascosa y Lucía Beltrán. Y seguro que habrá para una nueva entrega... Muchas fotos, muchas historias y muchos recuerdos. Vuestros comentarios en este blog dan para mucho y, por supuesto, seguiremos.
En un par de fotografías de las que vienen a continuación, las dos niñas de comunión que aparecen no están identificadas. Si alguno de vosotros, o vuestros padres o madres, incluso abuelos, consigue reconocerlas, por favor, decídmelo.
La verdad es que algunas, muchas, de las fotos que están apareciendo en el blog desde el principio, y otras que no habéis visto todos todavía, son realmente bonitas. Otras, muy entrañables. Y otras nos transportan a otro tiempo y consiguen que nos lo imaginemos. Os sugiero que entre todos hagamos una selección de las cinco o diez mejores fotografías que, por una razón u otra, nos gusten especialmente, para nuestro particular álbum de honor o museo Carrascosa.
Gracias por seguir enganchados al blog. Os aseguro que todavía hay mucho que contar. ¿Me acompañáis?
Marita
Palmirita
Pepi y Kety (o Kety y Pepi)
José Antonio, Marianito y María Isabel
Quique y José Mari
Marisa
José Antonio
Luisito y Mari
Pepi y Kety (o Kety y Pepi)
Mari y Carlitos
Conchi, Juli, Ninín y Lola
Sentados, Alfredito y Danielito. De pie, Piin y...
Mari Cruz y Quique
Ninín
Boli y Marisa
Quique
Preciosa muestra de fotos y de trajes de comunión, pero sobre todode los niños que fuimos, mediterráneos, con rizos oscuros, y si el niño.salía rubio decían las tías: Oh, este niño.parece alemán. Y se ponían orgullosas por haber traspasado la genética alli, en casa. Las niñas morenas crecían espigadas, cortaban las trenzas hacia los once años y entonces los flequillos y.las melenitad se convertían en selvas brillantes. Cuánta belleza has recogido, Carlos. Que queden todas juntas en las vitrinas mágicas de los Carrascosa.
ResponderEliminarQue bonito escribes, May...
EliminarHola a todos:
ResponderEliminarAquí está otra vez uno de los "abuelos cebolletas", como dice Mari Cruz, dando nuevamente la brasa en el blog. Pero, qué le vamos a hacer si ya somos de la tercera edad, recientes "jubilatas"... pues contar batallitas, que es lo que hacen los vejetes.
Estoy de acuerdo con todo lo que dice Rebeca, sobre todo en la innegable belleza de estas fotos (así como de otras muchas del blog). Creo que diez son pocas y concretamente todas las de este apartado merecerían estar en ese álbum de honor. Lo que pasa que podríais pensar que soy un poco narcisista, porque soy el que más "cámara ha chupado", ya que salgo en cuatro de ellas, seguido de las gemelas con tres. Insisto en que es difícil elegir entre ellas, pero me gustan especialmente la de mi madre, guapísima (qué voy a decir...), las de Pepi y Kety, muy guapas, que por el sólo hecho de ser gemelas dan a las fotos vida y gracia, la de José Antonio, Marianito y María Isabel (Marisa, la benjamina, todavía no había venido al mundo), que tiene gran belleza por la expresión de serenidad e inocencia que se aprecia en sus caras, las de Mari, Boli y Marisa ¡Qué guapas! También me gusta mucho la tercera foto, donde aparecemos juntos tantos primos, con Mari Cruz ya hecha una mujercita junto a mi hermano; la que aparecemos mi hermano y yo, que me resulta muy entrañable... y la de Conchi, Juli, Ninín y Lola también es preciosa. En cuanto a las dos primeras fotos, es una lástima que ni mi madre ni yo hayamos podido identificarlas. La primera es antigua y la niña está guapísima... En fin, lo que ya he dicho: todas merecerían un lugar de honor.
Bueno, no me enrollo más, que batallitas tendría muchas para contar, pero también deberían animarse otros a contar las suyas. Eso siempre es divertido, constructivo, interesante... Le da vida al blog.
Un abrazo para todos.
Todas las fotos me parecen preciosas, esas niñas de comunion son todo un enigma, Marita esta guapisima y papa con Mari me encanta, que bien que por fin mi hermano aparece en este blog y ademas con una foto entrañable con Mari, pero tengo que decir que mi preferida, siento parecer narcisista como Enrique, ¿sera cosa de los Carrascosa ?, es la mia con Boli, me trae un monton de recuerdos. Pero tengo que decir que estais todos guapisimos.
ResponderEliminarY bueno yo tambien pienso que todas merecen un sitio de honor y sin mas dilacion, paso la pelota al proximo.
Besos para todos.
y yo tambien estoy deseando ese paseo por las tabernas de la prospe.
Jo no tengo palabras, las fotos de mi comunión me traen tantos buenos recuerdos, ver a Josemari y José Joaquin me emociona. También me trae muy buenos recuerdos ver la foto de pequeño en el patio de la casa de mi tía Marita en la calle Mª Francisca y me acuerdo de cuando Josemari preparaba las oposiciones para Aduanas (era yo muy pequeño pero tengo grabada en la memoria aquella casa a la que yo le tenía muchísimo cariño y en la que fui muy feliz).En fin me estoy poniendo sentimental, gracias por subir estas preciosas y muy emotivas fotos.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Yo también me acuerdo perfectamente de la época que mi hermano preparaba las oposiciones de aduanas. A media mañana le gustaba asarse un chorizo y hacerse un pequeño bocadillo. Tú te ponías al lado de él, sentados en el escalón del patio y os comíais juntos el bocadillito. Esa foto tuya es muy representativa, porque se te ve prácticamente gateando. Recuerdo que gateabas tanto que se te hizo un callo en una de las rodillas.
EliminarUn abrazo.
Hola a todos!
ResponderEliminarNo te preocupes Enrique, a mí me gustan mucho vuestras batallitas. Yo tengo algún año menos pero ya soy también un poco abuelo cebolleta, o sea que encantado. Además, para eso está el blog. Mi padre, al que tanto mi hermana como yo, aunque más ella, le leemos todos vuestros comentarios, me dice que voy a acabar sabiendo de su familia más que él. Mi madre directamente dice: "pero ya estáis otra vez con los Carrascosa...", ja, ja, ja.
Es verdad que todas las fotografías son preciosas y todas evocan montones de recuerdos. Muy complicado elegir unas pocas. De estas me encantan algunas de las que habéis dicho: la de Marita, guapísima, una de mis preferidas. También, por supuesto, las de mis primas y mi hermana. La de Boli y Marisa es una fotografía que me ha encantado toda la vida. Me gusta mucho, mucho. La mía con Mari, muy especial por tantas razones. La de Enrique y su hermano, preciosa también, la de Jose Antonio en el patio, la de Mari Cruz y Enrique, Ninín con sus hermanas... todas. A pesar de eso, inconscientemente voy teniendo mis preferencias, porque las hay relamente peculiares..
Por cierto, a ver si alguien reconoce al cuarto niño que aparece junto a Daniel, Alfredo y Piin. Probablemente sea también algún primo. A ver si Marita...
José Antonio, no te preocupes por ponerte sentimental que eso es bueno.
Abrazos
Carlos
Me uno a todos en los elogios y al sentimiento que evocan. Cuánto ha llovido, pero aquí estamos para contarlo. Todas me gustan y muchas me traen igual que a vosotros un montón de recuerdos. Enrique, en la foto que estamos los dos me acuerdo del momento en que nos la hicieron, igual que recuerdo lo precioso que era José Antonio de bebé. La casa de María Francisca es otro paraíso perdido. ¿Cómo no recordar las noches de verano tomando el fresco en el jardín y mirando las estrellas al lado de la abuela? a Enriqueta le encantaba dormir con la ventana despejada y mirar la noche desde la cama.
ResponderEliminarA ver, ahí voy, más por intuición y porque enseguida encuentro parecidos, creo que la segunda niña de Comunión es Chati, y el cuarto niño el primo Miguel. Marita está como siempre, guapísima. En la primera foto mis hermanas están bien identificadas, Pepi y Kety, pero en la segunda son Kety y Pepi, siempre he visto la diferencia.
Besos.
Cuando éramos niños, desde Madrid (al menos en Prosperidad, que era como un pueblo) se veía un fantástico cielo estrellado. No había "contaminación luminosa" (y desde luego mucho menos polución atmosférica). A la poca luz que daban los faroles de gas, y desde el jardín de casa, mi padre me enseñaba la vía láctea (camino de Santiago). Se veía perfectamente; algo imposible hoy día. Tanto él como la abuela, y también mi abuelo, me enseñaron las constelaciones más populares: osa mayor, osa menor, con su estrella polar, el cinto de Orión, con sus "tres marías", el cisne (cruz de Caravaca)... Desde entonces comenzó a surgir en mí la pasión por la Astronomía, el espacio... algo que hoy cultivo con mucha intensidad y me construyo mis propios telescopios. A los quince años construí el primero, muy rudimentario, poco más que el de Galileo, y nunca podré olvidar la impresión que me produjo ver los cráteres de la Luna y los satélites de Júpiter. Me encanta, como dice Carlos, "transportarme a otro mundo". Imagino la gran fascinación que debió sentir Galileo cuatro siglos antes cuando los observó por primera vez sin saber lo que iba a encontrar.
EliminarEs lógico que tú si vieras las diferencias entre tus hermanas, porque las tienen y más en la actualidad. Yo, sin embargo, a mis 62 años, todavía no las identifico si las veo por separado. ¡Qué torpeza la mía!
Un beso.
La abuela Enriqueta dormía con las cortinas descorridas para disfrutar del espectáculo de las estrellas. A mí me pasa lo mismo, ni te cuento en La Palma, es un insomnio asegurado.
ResponderEliminarIgual que a ti, me enseñó el nombre de las constelaciones. La vía láctea me fascinaba, sobre todo pensar que era el camino de Santiago, y me le imaginaba a caballo.
Me encanta lo que has progresado en este campo, ella estaría feliz de saber lo que sabes.
Cuánto nos potenció la imaginación esa abuela que tuvimos, era una cuentista excelente y una gran actriz. Una Carrascosa genial, lástima que estuviera tan marcada por las tragedias familiares, que si no...
Respecto a mis hermanas, pásmate, el otro día vio la foto Pepa, y no se reconocía, de hecho dijo ser Kety. Al fin lo aceptó por el flequillo cortado a trasquilones que recordaba que se lo hizo Kety en un descuido de mi madre.
¡Es verdad! Veo que en la tercera foto donde aparecen ellas, junto al encerado, la de la derecha, o sea, Pepi, tiene unos buenos trasquilones en el flequillo. ¡Qué gracia!
EliminarBueno... no soy tan torpe, entonces, si ni ella misma se reconocía. A este respecto, tu padre nos contó que en alguna ocasión le dieron azotes, por equivocación, a la que no había hecho la trastada correspondiente. Contaba también que se había dado el caso de ponerse malas las dos por alguna cosa que no les había sentado bien. Debían tener un metabolismo muy parecido.También recuerdo, cuando éramos pequeños, que yo decía: si es que no sé cual es una y cual es otra... y la tía Moreni me decía que llamara a una de las dos y la que me contestara, esa era. Lógico... era algo parecido a localizar un móvil cuando no sabes dónde está; le haces una llamada y que suene.
Respecto de los telescopios, en uno de mis ataques de megalomanía, tengo proyecto de construirme uno gigante (2,80 metros de distancia focal) tallando yo mismo el espejo reflector. Me he documentado bien y es factible. Aunque Amelia dice que no lo he empezado porque no me atrevo (a pesar de tener los materiales y haberme gastado un dinerito en los discos de vidrio) lo haré. Otra cosa es que me quede bien.
Un beso.
Tú puedes con todo, y si te pones a ello saldrá perfecto. Eres un manitas minucioso y concienzudo, lo has sido de siempre. Cuando algo te ha motivado llegas al fondo. Qué envidia, yo me rajo a la primera de cambio, picoteo y... voy de flor en flor, cómo decía mi padre: aprendiz de mucho y maestro de nada, pero ya es tarde para rectificar, y..., cada uno es cómo es.
ResponderEliminarMis hermanas de pequeñas volvían loco a todo el mundo. En el cole, la profesora terminó por preguntarles la lección poniéndolas a cada lado de la mesa, para evitar la trampa. Eran unos trastos, pero yo siempre las he distinguido.
Un beso